Si practica Reiki, es posible que le interese añadir a
sus tratamientos la práctica de la Aromaterapia.
Reiki y Aromaterapia son dos ancestrales prácticas de
sanación que actúan sinérgicamente mejorando los resultados terapéuticos
obtenidos.
Hay muchas maneras y razones para incluir los aceites
esenciales y fragancias en una sesión de Reiki . Muchas son las alteraciones y
condiciones en las que ambas terapias son de eficacia probada. Pongamos el
ejemplo del alivio de la ansiedad. La ansiedad se manifiesta en todo un
repertorio de síntomas físicos, cognitivos, conductuales y emocionales, como
sudoración, dificultad para respirar, dolor en el pecho, síntomas de
disociación, etc.
Reiki ayuda a la persona a vivir en el momento
presente, a “tomar tierra”, cuyo déficit es una de las causas principales de la
ansiedad.
Los aromas profundos y leñosos de los aceites esenciales
de maderas y de las resinas (el aceite esencial de cedro, la resina de mirra,
incienso, benjuí y sándalo) potencian y facilitan este proceso, reduciéndose
espectacularmente la sintomatología ansiosa.
Unas gotas del aceite en un quemador o dispersado el
aroma mediante difusor; una gota sobre las palmas de la mano del practicante de
Reiki sobre las que dibuja los símbolos y luego impone; unas gotas sobre la
planta de los pies, corvas de las rodillas y sienes del receptor, son algunas
de las formas de aplicación de los aceites en una sesión conjunta.
Estos aceites calmantes aportan estabilidad y
relajación y actúan sobre el cerebro estimulando los procesos fisiológicos de
relajación y calma.
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