Conocidos y
utilizados desde más de 6.000 años, los aceites esenciales obtenidos por
destilación al vapor de agua, son extractos concentrados de principios activos.
El desarrollo de la química moderna los relegó durante un tiempo como remedios
de abuela. Pero los científicos estudian de nuevo sus propiedades y los
resultados son concluyentes.
Los aceites esenciales quimiotipados proceden de laboratorios que están en condiciones de poder determinar la
estructura bioquímica exacta de sus productos. Es una garantía de eficacia y
seguridad.
35 Kg. de
plantas son necesarios en promedio para obtener un litro de aceite
esencial aunque a veces es necesario mucho más: para 5ml de rosa, son
necesarios más de 100 Kg. de pétalos. Se conocen actualmente 3.000 aceites
esenciales y 350 son objeto de una comercialización importante destinada a la
industria farmacéutica, a la aromaterapia, a la cosmética y a la perfumería.
Los científicos agrupan a estas moléculas aromáticas en 14 quimiotipos o
familias bioquímicas: cetonas, ésteres, fenoles, terpenos,….
En Europa,
existen 17 aceites esenciales (salvia oficinal, tuya….) no pueden venderse
fuera de la farmacia debido a sus efectos tóxicos.
El tomillo, el
eucalipto y el orégano luchan contra las afecciones del invierno:
“Aceites
esenciales: agentes antivirales”: tal era el tema de la sexta conferencia
internacional de aromaterapia clínica, que se celebró en San Francisco.
Probada sobre cultivos de microbios, la acción bactericida antiséptica y
antiviral de los aceites esenciales está demostrada.
Entre los
aceites esenciales más eficaces sobre los viruses: el tomillo, el eucalipto radiata, el niauli, el orégano, el pino y el ravintsara.
El Tea Tee
(Árbol de té) elimina las micosis:
La OMS reconoce
el uso del aceite esencial de árbol de té para aliviar las afecciones cutáneas,
como el pie de atleta. Una multitud de pruebas confirmó el potente efecto
antifúngico de este aceite esencial. Para aliviar los pies: 2 gotas de AE de Tea Tree en
2 gotas de aceite de almendra dulce a masajear entre los dedos del pie durante
algunos días.
Lavanda y
Romero alivian la ansiedad y el estrés:
Seis pruebas
clínicas sobre 456 participantes demostraron sus virtudes anti-estrés. Sin
embargo una misma planta puede dar aceites esenciales muy diferentes según el
lugar, el momento de su cosecha y la parte utilizada. Por ejemplo, existe 3
tipos de aceites esenciales de romero: cineol, alcanforado o verbenona. Para el
estrés, utilizar el romero verbenona.
La salvia y el
limón favorecen la memoria y reducen los síntomas de Alzheimer:
Cada vez más
centros de cuidados especializados en el tratamiento de estas enfermedades
utilizan aceites esenciales. Los aceites
esenciales de salvia y limón podrían en particular ayudar a los
enfermos de Alzheimer a preservar la memoria y aliviar los trastornos de la
personalidad según investigadores británicos. Para un efecto calmante y neurotónico:
poner diez gotas de ravensara y 10 gotas de lavanda en un difusor durante 15
minutos.
El Romero y la
Menta Piperita alivian el dolor:
Según algunos
científicos, los aceites esenciales tendrían mediante los mensajes olfativos
que recibe el cerebro límbico un impacto en la percepción del dolor. Recientes
datos ponen de manifiesto también que al penetrar la epidermis y ganar la
circulación sanguínea, algunos aceites esenciales pueden inhibir la reacción
inflamatoria.
La Manzanilla
Romana mejora la calidad de vida de los enfermos en cuidados
intensivos.
Ansiedad,
dolor, cansancio, náusea….: ocho pruebas clínicas concluyeron a los beneficios
masajes con aceites esenciales. Una de ellas incluso ha demostrado las virtudes
analgésicas y sedativas de la manzanilla romana. La lavanda se ha utilizado
también con éxito en un hospital británico en 122 pacientes en cuidados
intensivos.
Contra el
cansancio y el dolor: 2 gotas de AE de manzanilla romana + 2
gotas de AE de lavanda en tres cucharadas de café de almendra
dulce a masajear a lo largo de la columna vertebral o sobre la planta de los
pies.
La Lavanda
evita el insomnio.
La lavanda
mejora la calidad del sueño y sería incluso tan eficaz que muchos somníferos:
midiendo las ondas cerebrales, los investigadores americanos de la Wesleyan
University constataron un aumento de los períodos de sueño profundo. A difundir
durante 20 mn antes de dormir o poner dos gotas sobre su almohada.
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